sábado, agosto 29, 2009

Quiere llover y no llueve.

El cielo envidia la tormenta, el día nos miente sobre su edad y entre tanto farol mal calibrado, todos acaban alumbrando sobre mojado. Cualquier tarde huele a domingo, cualquier tontería suena a canción. Dos notas mal puestas, y ya recuerdan a un fado. Unos acordes trasteados, y ya suenan a blues. Hay que ver qué pocos colores siguen vivos cuando quiere llover y no llueve. Vivimos de reojo cuando quiere llover y no llueve. Nadie se atreve a hacer planes, se aplazan las ilusiones más frágiles, que son las cotidianas, y así no hay forma humana de sonreír, ni mucho menos de sonreírse. Además, en cualquier momento todo puede precipitarse, y habrá que buscar con urgencia ese sofá que regale abrazos y esa manta voladora que nos transporte tan lejos como lo permita un the end.





























Contra la alegria, Sentimiento negativo; Risto Mejide. PÁG 187.

2 comentarios:

  1. Te dije que comentaba y comento! uhmm!
    Hay fragmentos del segundo libro de Risto que me encantan, como el que has puesto en esta entrada :)
    A ver si doy con un nombre y escribo yo también por aquí... jajaja

    Muaka!

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