domingo, agosto 30, 2009

Crónicas de una pasión.

Pasión. Está dentro de todos nosotros. Durmiendo. Esperando. Y aun sin desearlo, sin pedirlo, se desata. Abre sus fauces y aúlla. Nos habla. Nos guía. La pasión nos gobierna a todos y nosotros obedecemos. ¡Qué remedio nos queda!

La pasión es la fuente de nuestros mejores momentos: la alegría de vivir, la claridad del odio y el éxtasis del dolor. A veces duele más de lo que podemos soportar. Si pudiéramos vivir sin pasión, tal vez encontraríamos algo de paz, pero estaríamos vacíos. Habitaciones vacías, destartaladas y húmedas. Sin pasión, estaríamos realmente muertos.

El problema es que, aunque los veas venir, no estás preparado para los grandes momentos. Nadie pide que su vida cambie, en realidad no, pero cambia. ¿Entonces que somos?¿tontos?¿muñecos? No: llegarán, los grandes momentos, eso es inevitable. Lo que cuenta es lo que hagas después. Es entonces cuando descubres quién eres.

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